Nueva entrega de lectura



“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho
y sabe mucho” 

                                                        (Miguel de Cervantes)





Esta semana empezamos con
una frase de nuestro escritor más internacional y damos continuidad a este
rincón de fomento a la lectura con una nueva propuesta. En esta ocasión hemos
escogido un poema de Rafael Alberti.




Esperamos que disfrutéis
con su lectura.






El
aburrimiento


 (poema escénico)


Me aburro.


Me aburro.


Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!


Más que nunca me aburro.


Estoy muy aburrido.


¡Qué aburrido estoy!


Quiero decir de todas las maneras
lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.
Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted muy aburrido.
Dígame, ¿adónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor, que vaya a las iglesias
con ese aburrimiento.
¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
A la legua se ve su gran aburrimiento.
Mi gran aburrimiento.
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo… ¡Oooh!
He pisado una caca…
Acabo de pisar -¡santo Dios!- una caca…
Dicen que trae suerte el pisar una caca…
Que trae mucha suerte el pisar una caca…
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte… la… la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar
Me aburro, ay, me aburro.
 Más que nunca me aburro.
Muerto de aburrimiento.
No hablo más…
Me morí... 




Rafael Alberti es uno de los
poetas con mejor acogida entre los pequeños lectores. Sus juegos de palabras,
el uso de la ironía y el sentido del humor en muchos de sus poemas permiten a
niños y niñas acercarse a su obra sin encontrar barreras. Nació en el año 1902
en la localidad de El Puerto de Santa María, provincia de Cádiz. Cuando el
joven Rafael tenía 15 años la familia entera se va a vivir a Madrid lo que
provoca una enorme añoranza del mar en el por entonces incipiente poeta
gaditano que echaba en falta la proximidad del océano. Una enfermedad pulmonar
le obligó a pasar bastante tiempo postrado en una cama y desde entonces la
poesía y él fueron uno. Murió en 1999 a los 96 años de edad.









¡Nos seguimos leyendo!